martes, 4 de marzo de 2014

La doble moral de la izquierda latinoamericana

Ayer leí un artículo titulado “La doble moral de la izquierda latinoamericana”, escrito por Darío Mizrahi, un poco aludiendo al hecho de que las actuales protestas tienen cierto olor a conspiración, por lo que el gobierno ve como preciso justificar la represión, legitimando toda movilización que por supuesto atente contra un gobierno al que se opone.

Mientras el entrevistador, se preguntaba ¿Qué sustento tiene decir que toda protesta es una legítima movilización popular si se hace contra un gobierno “de derecha”, pero que es un intento desestabilizador instigado por el fascismo y la CIA cuando se hace contra uno “de izquierda”?; Yo me preguntaba, ¿si es cierto que la doble moral de la izquierda se expresa únicamente desde los tabloides de la represión? Por supuesto, apuntando al hecho que en Venezuela ciertamente se viven consecutivas protestas… pero que tiene un sinfín de causas... con olor a descontento, diría yo.

Y por supuesto, recordando mis primeras clases en la universidad… en esos desgarradores primeros semestres de la carrera, donde cual inteligencia autista, te repiten una y otra vez, y otra vez, y otra vez, el concepto de la moral… pues, me encontré años después tarareando ese punto arbitrario… porque si bien alude a una “ley natural” donde el individuo debiera comportarse de tal modo que sus acciones puedan contribuir a la preservación de la vida en comunidad, ¿Quién define cuál es ese comportamiento? ¿Qué está bien y qué está mal? Obviamente no debiera tratarse de motivos emocionales sino más bien de principios.

“Llaman la atención las contradicciones de presidentes como Dilma Rousseff, que sufrió en carne propia la represión salvaje de la dictadura brasileña, o Cristina Kirchner, que se define a sí misma como una luchadora por los derechos humanos. No sólo no pidieron explicaciones a Nicolás Maduro por los ataques conjuntos de bandas armadas y de la Guardia Nacional que ya mataron a más de 10 estudiantes en Venezuela, sino que ratificaron el apoyo a su gobierno.”

Eso es cierto, la izquierda pareciera responder acorde con aquella frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios… pero si no le gustan, tengo otros". El comportamiento de nuestros gobernantes y sus asiduos seguidores pueden resultar anacrónicos y su obstinación por negarse a asumir la responsabilidad de sus acciones, lejos está de los modales del Quijote.


“La actitud de los presidentes de izquierda podría ser decepcionante para mucha gente. Algunos de ellos fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos, y los que no, eran defensores. Pero cuando llegan al poder se convierten en agentes económicos al servicio de las empresas de sus países. Han dejado de pensar en la importancia de la democracia para favorecer a los empresarios de sus países”, dice a Infobae el sociólogo Carlos Raúl Hernández, profesor de la Universidad Central de Venezuela.

¿Actúan así por puro interés o constituyen la teoría de la relatividad en masa? – Aunque Venezuela subsiste en una situación común, la izquierda pareciera argumentar que existe una moral relativa para cada sector. Algunos hasta afirman que las situaciones cambiantes generan cambios en la moral – una acción generada por la oposición, podría ser calificada como incorrecta por la izquierda, pero correcta en una situación similar donde este último sea el beneficiado. Muy conveniente, no? Pero hay tres cosas por las cuales debemos juzgar una acción: la situación, el acto, y la intención.

Acusar alguien de que su moral es incorrecta, es intolerancia, y el relativismo tolera todas las perspectivas. Puro y simple engaño: primero porque, el mal nunca debe ser tolerado. Segundo, porque resulta auto-contradictorio, ya que los relativistas nunca tolerarían la intolerancia; además, les cuesta muchísimo explicar por qué cualquiera debe ser tolerante.

¿Deberíamos tolerar la perspectiva del gobierno de acumular todo el poder para mantener el control, en tanto que para los venezolanos constituye una férrea amenaza en la toma de decisiones objetivas? Sin mencionar por supuesto, los riesgos que existen para la libertad derivados de la corrupción y el abuso.
¿Deberíamos tolerar la perspectiva de un GN, en tanto que los estudiantes constituyen un objeto de gratificación para ser abusados? Pero claro, como olvidar, “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.” Che Guevara

Se le quedo demasiado corto el articulo Sr. Darío Mizrahi (http://www.infobae.com/2014/03/01/1547211-la-doble-moral-la-izquierda-latinoamericana)

El mismo hecho de nacer nos convierte en personas consciente, y durante el proceso vamos conociendo – casi - instintivamente cuando hemos hecho algo malo o cuando se lo hemos hecho a otros. Resulta descabellado ver como la izquierda actúa como si esperarán que los demás lo reconocieran como algo bueno.


Sostener que la moral es absoluta también resulta complicado… pero no hay dudas que aun como niños, sabíamos la diferencia entre justo e injusto. Sres. se necesita contar con una diabólica filosofía para convencernos de que estamos equivocados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario