Ayer leí un artículo titulado “La
doble moral de la izquierda latinoamericana”, escrito por Darío Mizrahi, un poco aludiendo al hecho de que las actuales protestas
tienen cierto olor a conspiración, por lo que el gobierno ve como preciso
justificar la represión, legitimando toda movilización que por supuesto atente
contra un gobierno al que se opone.
Mientras el entrevistador, se
preguntaba ¿Qué sustento tiene decir que toda protesta es una legítima
movilización popular si se hace contra un gobierno “de derecha”, pero que es un
intento desestabilizador instigado por el fascismo y la CIA cuando se hace
contra uno “de izquierda”?; Yo me preguntaba, ¿si es cierto que la doble moral
de la izquierda se expresa únicamente desde los tabloides de la represión? Por
supuesto, apuntando al hecho que en Venezuela ciertamente se viven consecutivas
protestas… pero que tiene un sinfín de causas... con olor a descontento, diría
yo.
Y por supuesto, recordando mis
primeras clases en la universidad… en esos desgarradores primeros semestres de
la carrera, donde cual inteligencia autista, te repiten una y otra vez, y otra
vez, y otra vez, el concepto de la moral… pues, me encontré años después
tarareando ese punto arbitrario… porque si bien alude a una “ley natural” donde
el individuo debiera comportarse de tal modo que sus acciones puedan contribuir
a la preservación de la vida en comunidad, ¿Quién define cuál es ese
comportamiento? ¿Qué está bien y qué está mal? Obviamente no debiera tratarse
de motivos emocionales sino más bien de principios.
“Llaman la atención las
contradicciones de presidentes como Dilma Rousseff, que sufrió en carne propia
la represión salvaje de la dictadura brasileña, o Cristina Kirchner, que se
define a sí misma como una luchadora por los derechos humanos. No sólo no
pidieron explicaciones a Nicolás Maduro por los ataques conjuntos de bandas
armadas y de la Guardia Nacional que ya mataron a más de 10 estudiantes en
Venezuela, sino que ratificaron el apoyo a su gobierno.”
Eso es cierto, la izquierda
pareciera responder acorde con aquella frase de Groucho Marx: "Estos son
mis principios… pero si no le gustan, tengo otros". El comportamiento de
nuestros gobernantes y sus asiduos seguidores pueden resultar anacrónicos y su
obstinación por negarse a asumir la responsabilidad de sus acciones, lejos está
de los modales del Quijote.
“La actitud de los presidentes de
izquierda podría ser decepcionante para mucha gente. Algunos de ellos fueron
víctimas de violaciones a los derechos humanos, y los que no, eran defensores.
Pero cuando llegan al poder se convierten en agentes económicos al servicio de
las empresas de sus países. Han dejado de pensar en la importancia de la
democracia para favorecer a los empresarios de sus países”, dice a Infobae el
sociólogo Carlos Raúl Hernández, profesor de la Universidad Central de
Venezuela.
¿Actúan así por puro interés o
constituyen la teoría de la relatividad en masa? – Aunque Venezuela subsiste en
una situación común, la izquierda pareciera argumentar que existe una moral
relativa para cada sector. Algunos hasta afirman que las situaciones cambiantes
generan cambios en la moral – una acción generada por la oposición, podría ser
calificada como incorrecta por la izquierda, pero correcta en una situación similar
donde este último sea el beneficiado. Muy conveniente, no? Pero hay tres cosas
por las cuales debemos juzgar una acción: la situación, el acto, y la
intención.
Acusar alguien de que su moral es
incorrecta, es intolerancia, y el relativismo tolera todas las perspectivas.
Puro y simple engaño: primero porque, el mal nunca debe ser tolerado. Segundo,
porque resulta auto-contradictorio, ya que los relativistas nunca tolerarían la
intolerancia; además, les cuesta muchísimo explicar por qué cualquiera debe ser
tolerante.
¿Deberíamos tolerar la
perspectiva del gobierno de acumular todo el poder para mantener el control, en
tanto que para los venezolanos constituye una férrea amenaza en la toma de
decisiones objetivas? Sin mencionar por supuesto, los riesgos que existen para
la libertad derivados de la corrupción y el abuso.
¿Deberíamos tolerar la
perspectiva de un GN, en tanto que los estudiantes constituyen un objeto de
gratificación para ser abusados? Pero claro, como olvidar, “El odio como factor
de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las
limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta,
selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un
pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.” Che Guevara
Se le quedo demasiado corto el
articulo Sr. Darío Mizrahi (http://www.infobae.com/2014/03/01/1547211-la-doble-moral-la-izquierda-latinoamericana)
El mismo hecho de nacer nos
convierte en personas consciente, y durante el proceso vamos conociendo – casi
- instintivamente cuando hemos hecho algo malo o cuando se lo hemos hecho a
otros. Resulta descabellado ver como la izquierda actúa como si esperarán que
los demás lo reconocieran como algo bueno.
Sostener que la moral es absoluta
también resulta complicado… pero no hay dudas que aun como niños, sabíamos la
diferencia entre justo e injusto. Sres. se necesita contar con una diabólica
filosofía para convencernos de que estamos equivocados.
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