No sé realmente cuándo tome la
decisión de estudiar Ciencias Políticas, quizás surgió de esa ingenuidad
desenfrenada que padece todo adolescente, por intentar cambiar al mundo. En
todo caso, esto no pretende ser un artículo escrito por un analista político,
mucho menos por un activista, sino más bien tiene la pretensión de relatar mi
experiencia personal en los tabloides de la industria petrolera, en la
Venezuela del 2014 donde a pesar de las vicisitudes, se insiste incansablemente
en justificar la inercia del presente con los golpes de pasado.