jueves, 20 de febrero de 2014

Reciba usted mi carta de renuncia!

No sé realmente cuándo tome la decisión de estudiar Ciencias Políticas, quizás surgió de esa ingenuidad desenfrenada que padece todo adolescente, por intentar cambiar al mundo. En todo caso, esto no pretende ser un artículo escrito por un analista político, mucho menos por un activista, sino más bien tiene la pretensión de relatar mi experiencia personal en los tabloides de la industria petrolera, en la Venezuela del 2014 donde a pesar de las vicisitudes, se insiste incansablemente en justificar la inercia del presente con los golpes de pasado.

Si más allá de dar a conocer mi experiencia, logro que por lo menos algunos de ustedes genere un impulso positivo, ya habrá merecido la pena levantar mi voy. Si logro más que eso, entonces tendré la certeza de que (en el fondo) TODOS – independientemente de nuestras ideologías políticas – queremos lo mismo: un país mejor!

He intentado tener toda la dignidad que he podido. Nunca estaré con los hipócritas ni con los hiperbólicos, y no tomaré parte en cosas secretas.

Recordar como llegue a PDVSA, sería como intentar tener una sesión de regresión hasta llegar a esos días de recién graduado: hacer algo, no importa dónde ni cómo, pero rápido. Con la única diferencia que no estaba recién graduada y mi premura era establecerme en mi catastrófica pero siempre amada Caracas.  
Luego de 2 meses de haber registrado mi curriculum, recibí la – ya no tan – esperada llamada, con una exclamación que se disculpaba diciendo: “siento que no te hayamos llamado antes, pero tu curriculum había estado extraviado”. Bienvenida!

Con un proceso de ingreso que se genero para 23 nuevos empleados, por medio de una contratista, 6 meses después el corporativo para el que me inicie, logra la extraordinaria  hazaña de que PDVSA absorbiera a los 23 trabajares por medio de un contrato, aunque temporal, ya no con la figura de “terciarizados”. Realmente toda una proeza, luego de conocer algunos compañeros que tendrían más de 8 años esperando por cerrar ingreso.

Son meros procesos burocráticos que tiene en nuestro país muchos más años que la revolución, eso es cierto. Lo que realmente te deja la sangre helada es que tus méritos profesionales, años de estudios, experiencia, principios y valores para con tu trabajo, sea desmerecido después de un año, con las palabras de un Director de la talla de PDVSA: “yo reconozco tu trabajo 100% efectivo (…) PERO es que te encuentro incomoda en medio de tanto rojo”.

¿Qué había pasado para recibir tal respuesta? – Recibí un comunicado donde se me informaba mi renovación de contrato temporal, mientras otros 19 compañeros firmaban nomina permanente. ¿Por qué? ¿Por qué 19 de 23 trabajadores recibían cargos fijos y sólo 4 recibiríamos renovación de contrato? – Del Gerente recibí esta respuesta: “Lo siento mucho Anaís, no tengo que decir, siento pena ajena porque no tengo una explicación al respecto. No fue mi decisión y la evaluación que pase no fue tomada en cuenta (…) asumo tiene que ver con tu poca disposición  en participar de las actividades políticas”.  Al presentar una carta al Director, esperar 3 meses y no obtener contestación, toque la puerta! La respuesta, ya la conocen.

<< Desestimo el hecho de que el rol de un trabajador de esta industria este sujeto al activismo político, sin considerar su labor per se. Desestimo abiertamente la demagogia, la manipulación, el bulo, la politiquería como ideal de servicio, y creo firmemente, que esta revolución merece contar con mayor madurez profesional y valor añadido >>. Fueron estas algunas de las palabras que respaldaban mi carta.

Mi indignación fue tal, que puse el cargo a la orden, sin embargo se estableció un acuerdo, casi como un pacto silencioso, cada cual con sus propios intereses, por un lado “cambio de puesto, a ver si te adaptas”,  y en mis adentros “un año más y me voy”.

Parte de los “coñazos” que te da la vida en torno al ambiente laboral, es conseguirte con gente inepta en los puestos de gerentes… y más allá.  Siempre recuerde las palabras de mi mayor maestra, mi madre, mientras lidiaba con mi nueva jefa, “el que es buen estudiante en la universidad, no necesariamente será un buen profesional… y viceversa”.  Días enteros dedicados a preparar minuciosos informes, en ese devenir donde el cuerpo se te llena de entusiasmo y orgullo por el buen trabajo realizado. La respuesta: “esto no sirve, es una basura”.  Irónico, ver tú esfuerzo presentado con otro nombre y otra firma por una Ingeniero con postgrado.

Exponer esta situación ante superiores, era tocar la puerta al mismo Director que esperaba que cerrara la boca, vistiera de rojo, tomara una bandera y caminara pa´ la marcha. Aun así no me importo, una vez más hable. ¿Consecuencias? meses sin asignación de actividades plenamente establecidas, es decir, lo que en los bajos fondos de la industria llaman cargos “flotaven”. Escribí una carta con exposición de motivos y exigí una descripción de puestos que identificara las tareas a cumplir y las responsabilidades a estas implícitas, basadas en la naturaleza del trabajo y del puesto SAP (Sistema de Aplicaciones en Procesos de datos) que en ese momento ocupaba. Una vez más puse el cargo a la orden!

Hasta la fecha de mi renuncia no recibí la descripción del puesto asignado. ¿Por qué lo exigí? Porque sabía que no existía. Fui una de las pocas personas (y me sobran dedos de mi mano derecha) que se preocupo y trabajo en DDO (Dirección de Desarrollo Organizacional) y el proceso fue “olvidado”. El corporativo del cual formaba parte, tenía 5 años de haberse creado y a la fecha  - me atrevo a decir – que no cuenta ni siquiera con una estructura organizativa definida.

¿Por qué no renunciar definitivamente? – Por la misma razón que la mayoría de los funcionarios públicos que se encuentran amarrados a sus sillas desgastadas: trabajo, estabilidad, beneficios.

¿Beneficios?  Politóloga egresada de la UCV, Especialista en Gerencia de Proyectos, Maestría a medio andar, ganando mucho – léase bien –  mucho menos que la secretaria!  Para el  momento de mi ingreso, el HCM cubría un casco de 54mil, maternidad sólo cubría la irrisoria suma de 15mil, mientras el costo real de un parto natural oscilaba en los 45mil. ¿Planificación familiar? Optar por un seguro privado.  En tanto que, no es secreto para NINGÚN trabajador de la industria, que deba acudir  MENSUALMENTE a su respectiva caja de ahorro y fidecomiso para completar su quince y último; otro de los “beneficios” que deberían garantizar tu vejez.

Sí, hay muy buenos profesionales trabajado para la industria, unos por ideología política, otros por ética profesional y TODOS por cuidar su arepa; esa que ya ni se consigue por el tema de la escasez. Pero también existe un río de ignorantes, oportunistas y pendencieros, engavetando los mejores proyectos y justificando después de 12 años, la decadencia de la industria con el paro del 2002. En todo caso, la misma escasez también tiene sus excusas… cuando la otra cara de la moneda apunta a empresas expropiadas, que a la fecha, no han dado con la mágica fórmula para la máxima producción.

El tema de la inseguridad es desgastante!!!  Un marcado deterioro social e institucional, un crecimiento exponencial de las armas ilegales – y hasta legales - en poder de la población civil, el debilitamiento de los cuerpos policiales y militares, los intereses abstrusos de la fiscalía y tribunales penales, el fortalecimiento de los pranes, los Tupamaros y los colectivos,  no han hecho más que materializar el incremento de la inseguridad en Venezuela. PDVSA, no escapa de ello… y de lo que hablemos que quede callado!

No es difícil ver niños con la edad de la revolución, cargando con más de un alma sobre sus espíritus; en un país donde el sistema educativo es cada día más deprimente y la condena máxima alcanza sólo los 30 años. Yo tengo más de 2 sin pisar los pasillos oscuros de mi magna casa de estudios UCV, esperando subsanar los temblores que rebotan aún en mi piel, de aquella noche fatídica en la que fui víctima de un secuestro exprés. 

Ni de qué hablar, si de $$$ hablamos… PDVSA adeudó al cierre del 2013 unos 43.400 millones de dólares, sin contar la deuda a proveedores de servicios y/o el financiamiento para emprendimientos conjuntos. ¿Los grandes compromisos? Gastos sociales!  PDVSA no sólo está hasta el cuello de “obligaciones” relacionadas con la importación de alimentos, construcción de viviendas, asfaltado de vías, financiamiento de procesos electorales, marchas, concentraciones y un sinfín de MISIONES sino que, al intentar tener el control de todo, está abarcando actividades que eran propias de contratistas especializadas… resultado: se le están quemando los conejos!

Sabían ustedes, por demás, que muchos de los trabajadores de PDVSA – llámense Chavista o traidores de la revolución – son “raspa cupos”. NO, no viajan por placer, viajan para regresar con SUS dólares, que cambian al valor del “dólar negro” para completar su quince y ultimo, y así poder subsanar sus cuentas y deudas. Y NO, no los estoy justificando, ciertamente están desangrando al país!!! …Pero hay que decirlo, porque molesta escuchar hablar aquellos que tienen un inmenso rabo de paja!  Porque si bien muchos raspan sus cupos, otros tanto disfrutan de eso que – para bien o para mal -  no tiene precio ni desprecio, la sonrisa de un hijo frente a la figura de Mickey Mouse… y sí, para todo lo demás existe Master Card.

El control cambiario y las continuas devaluaciones, no sólo afecta a estos raspa tarjetas, a las  “fantasmagóricas” empresas de maletín, los viajeros recurrentes y los estudiantes clase media; afectan al 100% de la población venezolana que come y se viste al costo de un dólar paralelo dentro del territorio nacional. Irrefutablemente no producimos la demanda necesaria (en ningún rubro) para cubrir las necesidades básicas de nuestra población… dependemos prácticamente de una sola empresa: La Polar.

Felicidades, ha logrado por ley su cargo permanente! - Lo siento, reciba usted mi carta de renuncia!

Ciertamente confirmo la sensación que expresa mi amigo Sebastián Cova, – a quien pido me disculpe, ya es el único nombre que en esta nota se menciona – estamos sin lugar a dudas ante la carencia de un liderazgo opositor claramente definido, “impulsados  por el deseo y la frustración”, y por qué no decirlo,  por una arrechera acumulada por años; “sin programa, sin meta concreta y ni tan siquiera consigna clara”.  Pero me niego a ser parte de un proyecto cuya meta es la aniquilación de la libertad de expresión y el derecho al discernimiento. Sí, me niego a ser parte de intereses “yankee” (una palabra muy mal empleada además, para los que hemos leído un poquito de historia), pero tampoco quiero ser parte de una “cubanización” masiva.  


Por Venezuela, porque quiero amarla y no sufrirla por despecho, yo me sumo a esta lucha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario