jueves, 13 de marzo de 2014

Zona de Comfort

Pensaba yo, así, entre tantas cosas que se nos viene a la cabeza de repente… que invitan a la reflexión pero no sin antes pasar por una extraña sensación de decepción, aquello que dice la gente: opositores idealistas, izquierda y derecha, chavistas, maduristas… aquellos que una vez fueron COPEI, AD… Primero de Justicia, ustedes, otros, y tantos más.

Hablando (todos) de las cosas que nos afectan en estos tiempos de “revolución”, donde sin darnos cuenta o haciéndonos los locos – ¿por qué no? –, deseamos en realidad lo mismo, con la clara evidencia de que si llegáramos a tenerlo, no podríamos disfrutarlo juntos… porque inexorablemente nos hemos convertido en enemigos.

martes, 4 de marzo de 2014

Sobre el comentario homofóbico de Walter Martínez

“Si vas a venir para acá, primero tendrás que cortarte ese cabello y verte como un hombrecito, ¿no?”, expresó Martínez durante la transmisión de su programa Dossier, lo que le valió miles de comentarios en su contra.

La doble moral de la izquierda latinoamericana

Ayer leí un artículo titulado “La doble moral de la izquierda latinoamericana”, escrito por Darío Mizrahi, un poco aludiendo al hecho de que las actuales protestas tienen cierto olor a conspiración, por lo que el gobierno ve como preciso justificar la represión, legitimando toda movilización que por supuesto atente contra un gobierno al que se opone.

Mientras el entrevistador, se preguntaba ¿Qué sustento tiene decir que toda protesta es una legítima movilización popular si se hace contra un gobierno “de derecha”, pero que es un intento desestabilizador instigado por el fascismo y la CIA cuando se hace contra uno “de izquierda”?; Yo me preguntaba, ¿si es cierto que la doble moral de la izquierda se expresa únicamente desde los tabloides de la represión? Por supuesto, apuntando al hecho que en Venezuela ciertamente se viven consecutivas protestas… pero que tiene un sinfín de causas... con olor a descontento, diría yo.

jueves, 20 de febrero de 2014

Reciba usted mi carta de renuncia!

No sé realmente cuándo tome la decisión de estudiar Ciencias Políticas, quizás surgió de esa ingenuidad desenfrenada que padece todo adolescente, por intentar cambiar al mundo. En todo caso, esto no pretende ser un artículo escrito por un analista político, mucho menos por un activista, sino más bien tiene la pretensión de relatar mi experiencia personal en los tabloides de la industria petrolera, en la Venezuela del 2014 donde a pesar de las vicisitudes, se insiste incansablemente en justificar la inercia del presente con los golpes de pasado.