Pensaba yo, así, entre tantas cosas que se
nos viene a la cabeza de repente… que invitan a la reflexión pero no sin antes
pasar por una extraña sensación de decepción, aquello que dice la gente:
opositores idealistas, izquierda y derecha, chavistas, maduristas… aquellos que
una vez fueron COPEI, AD… Primero de Justicia, ustedes, otros, y tantos más.
Hablando (todos) de las cosas que nos afectan
en estos tiempos de “revolución”, donde sin darnos cuenta o haciéndonos los
locos – ¿por qué no? –, deseamos en realidad lo mismo, con la clara evidencia
de que si llegáramos a tenerlo, no podríamos disfrutarlo juntos… porque
inexorablemente nos hemos convertido en enemigos.
Escuchar y leer ciertas diatribas hacen que
se me arrugue el pecho, se me hace deprimente. Se supone que no sólo deberíamos
leer aquellas letras que nos guiñan el ojo, y nos hacen sentir elocuentes, en
un feedback perfecto entre lo que tú escribes y lo que yo respondo. Lo que nos ha permitido por décadas ser una
parte de la diversidad social, racional, crítica y expresiva; pero advierto que
Thomas Hobbes renace como el ave fénix, y trae de vuelta a la realidad mientras
yo soñaba.
El hombre, casi un cuerpo mórbido, regido únicamente por las pasiones, el
utilitarismo y el egoísmo. Parte constante de un cuerpo artificial que
constituye a la sociedad, basado en el propio interés: buscar la seguridad por
temor a los demás… Lo recuerdan? El hombre vive una guerra de todos contra
todos, “el hombre es un lobo para el hombre.”
Parece que ya nadie escapa de esta teoría,
se nos olvida como opositores que estamos a favor del cambio… del cambio de
paradigmas, de ideologías, de opiniones, de colores. Nos vamos convirtiendo en
especímenes y prototipos de lo que tanto criticamos.
Parece que se nos olvida que en estos
tiempos, sólo debemos dejarnos contaminar por nuevas ideas! Dejemos de una vez
por todas de discutir si le quitamos o le dejamos una estrellita más a la
bandera; cuando han sido las etiquetas impuestas y adoptadas, las que nos
tienen en decadencia.
La mala praxis política nos está haciendo
descender hasta su nivel de incompetencia!
Rescatemos nuestra forma natural, esa tendencia hacia la inclusión, el
progreso y la superación, e intentemos si quiera, apreciar a los demás. Ganemos
adeptos y no nos volvamos adictos a la mediocridad, hoy identificada como una
patología psiquiátrica.
El mismo Hobbes apuntaba al hecho de que a
pesar de que el hombre es un ser egoísta,
es también capaz de ser racional, tendiendo a superar el desorden y la
inseguridad.
No seamos tan fatuos como los que se visten
con la piel del radicalismo; ellos aún no entienden en qué puede eso consistir,
por lo que sólo pueden imitar, copiar o fingir. No son dañinos, aunque si puede
agobiar a los demás con exigencias burocráticas y/u órdenes superiores que sólo
pretenden dar la impresión de que están haciendo algo importante. El verdadero
peligro, estriba en nuestro gobierno imperante, ese musculo inoperantemente
activo, maligno e incapaz de crear nada valioso, pero que detesta e intenta
destruir a todo aquello que muestre algún rasgo de excelencia.
Muchos modelos y teorías han quedado atrás,
el autoritarismo por ejemplo... Está demostrado, 15 años de gobierno
justificando los errores cometidos con los hechos del pasado, no han generado
otra cosa que institucionalizar la mediocridad. El futuro es la cooperación
creativa! Es cierto, está en desarrollo, pero hay mucha gente interesada en ser
parte! No desaprovechemos la oportunidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario