jueves, 13 de marzo de 2014

Zona de Comfort

Pensaba yo, así, entre tantas cosas que se nos viene a la cabeza de repente… que invitan a la reflexión pero no sin antes pasar por una extraña sensación de decepción, aquello que dice la gente: opositores idealistas, izquierda y derecha, chavistas, maduristas… aquellos que una vez fueron COPEI, AD… Primero de Justicia, ustedes, otros, y tantos más.

Hablando (todos) de las cosas que nos afectan en estos tiempos de “revolución”, donde sin darnos cuenta o haciéndonos los locos – ¿por qué no? –, deseamos en realidad lo mismo, con la clara evidencia de que si llegáramos a tenerlo, no podríamos disfrutarlo juntos… porque inexorablemente nos hemos convertido en enemigos.

Escuchar y leer ciertas diatribas hacen que se me arrugue el pecho, se me hace deprimente. Se supone que no sólo deberíamos leer aquellas letras que nos guiñan el ojo, y nos hacen sentir elocuentes, en un feedback perfecto entre lo que tú escribes y lo que yo respondo.  Lo que nos ha permitido por décadas ser una parte de la diversidad social, racional, crítica y expresiva; pero advierto que Thomas Hobbes renace como el ave fénix, y trae de vuelta a la realidad mientras yo soñaba.

El hombre, casi un cuerpo mórbido,  regido únicamente por las pasiones, el utilitarismo y el egoísmo. Parte constante de un cuerpo artificial que constituye a la sociedad, basado en el propio interés: buscar la seguridad por temor a los demás… Lo recuerdan? El hombre vive una guerra de todos contra todos, “el hombre es un lobo para el hombre.”

Parece que ya nadie escapa de esta teoría, se nos olvida como opositores que estamos a favor del cambio… del cambio de paradigmas, de ideologías, de opiniones, de colores. Nos vamos convirtiendo en especímenes y prototipos de lo que tanto criticamos.

Parece que se nos olvida que en estos tiempos, sólo debemos dejarnos contaminar por nuevas ideas! Dejemos de una vez por todas de discutir si le quitamos o le dejamos una estrellita más a la bandera; cuando han sido las etiquetas impuestas y adoptadas, las que nos tienen en decadencia.

La mala praxis política nos está haciendo descender hasta su nivel de incompetencia!  Rescatemos nuestra forma natural, esa tendencia hacia la inclusión, el progreso y la superación, e intentemos si quiera, apreciar a los demás. Ganemos adeptos y no nos volvamos adictos a la mediocridad, hoy identificada como una patología psiquiátrica.

El mismo Hobbes apuntaba al hecho de que a pesar de que el hombre es un ser egoísta,  es también capaz de ser racional, tendiendo a superar el desorden y la inseguridad.

No seamos tan fatuos como los que se visten con la piel del radicalismo; ellos aún no entienden en qué puede eso consistir, por lo que sólo pueden imitar, copiar o fingir. No son dañinos, aunque si puede agobiar a los demás con exigencias burocráticas y/u órdenes superiores que sólo pretenden dar la impresión de que están haciendo algo importante. El verdadero peligro, estriba en nuestro gobierno imperante, ese musculo inoperantemente activo, maligno e incapaz de crear nada valioso, pero que detesta e intenta destruir a todo aquello que muestre algún rasgo de excelencia.


Muchos modelos y teorías han quedado atrás, el autoritarismo por ejemplo... Está demostrado, 15 años de gobierno justificando los errores cometidos con los hechos del pasado, no han generado otra cosa que institucionalizar la mediocridad. El futuro es la cooperación creativa! Es cierto, está en desarrollo, pero hay mucha gente interesada en ser parte! No desaprovechemos la oportunidad!


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