domingo, 26 de mayo de 2013

Venezuela, extracto de un país sin ley


Un marcado deterioro social e institucional, un crecimiento exponencial de las armas ilegales – y hasta legales - en poder de la población civil, el debilitamiento de los cuerpos policiales y militares, los intereses abstrusos de la fiscalía y tribunales penales, materializan el incremento de la inseguridad en Venezuela.

Según estimaciones extraoficiales en el país existen 90mil funcionarios policiales uniformados, pero en ejercicio de sus funciones sólo 70mil realizan el patrullaje diario. Los 20mil restantes están en comisión de servicio, labores administrativas, algunos de reposo y otros de vacaciones… atreviéndome a decir, que  por lo menos 40mil forman parte de las mismas bandas delictivas, en sus diferentes modo operandis: soborno, extorsión, secuestro, robo, hurto, estafa, violencia y espigamiento abusivo.

El Ministerio Público no esta lejos de esta realidad, existe un déficit de personal de un 70% (fiscales dedicados al ámbito jurídico penal). La tasa de jueces penales en el país es de 5 por cada 100 mil habitantes aproximadamente, cuando debería ser de 9 por 100.000 habitantes, según el volumen de casos que se manejan actualmente. El 30% en ejercicio de sus funciones, se debate entre la ética, el soborno y la extorsión. 

Es cierto, esto ya no sorprende… Resulta normal como la seguridad de nuestros mandatarios están adecuadamente mejor estructurada que la seguridad ciudadana. También ha resultado natural el alto índice de desempleo, en cuyo caso la mayor fuerza labor depende de los puestos públicos… sin mencionar la supremacía por la haraganería que ya empieza a calar cual virus predador.

Lo que si resulta irreverente es que las nuevas políticas implementadas en los últimos días estén dirigidas, al fortalecimiento de la policía nacional mediante el incursionamiento de las unidades militares; estos que hoy participan en el nuevo plan especial "Patria Segura”.  Caramba! En mis años de estudio siempre precise que el rol de los militares era otro…  y no precisamente en referencia a los informes y denuncias de la participación del personal del Ministerio de la Defensa en la venta de armas ilegales.

No obstante mientras el Presidente Maduro prefiere desviar la atención aprovechando criticar a las televisoras locales por la trasmisión de "series violentas", dejando entrever que estos programas estarían estimulando la violencia en el país, surge la iniciativa de formar milicias obreras armadas.

Con la inestabilidad política que enfrenta nuestro país y el aumento de la inseguridad, este tipo de políticas resulta, por demás, peligrosa; al incrementar exponencialmente el número de armas en manos ociosas y cerebros estultos. Aunado a la inestabilidad emocional propia de los ciudadanos al encontrarse en una situación de inestabilidad y escases, las milicias progubernamentales no harán menos que aumentar la posibilidad de nuevos actos de violencia y empeorar el ambiente intimidante en el que vivimos. 

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